Once anillos – Mis notas


Capítulo 1. El círculo del amor

Posición 67

Años atrás el periodista Sebastian Junger se adhirió a un pelotón de soldados estadounidenses destinados a una de las zonas más peligrosas de Afganistán, en un intento de averiguar por qué esos jóvenes indescriptiblemente valientes combatían en condiciones tan adversas. Como relata en su libro Guerra, Junger comprobó que el valor necesario para entrar en combate no se diferencia del amor. Dada la fuerte hermandad que se había creado, los soldados estaban más preocupados por lo que les ocurría a sus camaradas que por lo que les pasaba a sí mismos. Un militar le contó que se echaría sobre una granada por cualquiera de sus compañeros de pelotón, incluso por aquellos que no le caían demasiado bien. El periodista preguntó por qué y el soldado respondió: «Porque amo realmente a mis hermanos. Es decir, formamos una hermandad. Creo que es gratificante salvar una vida, y cualquiera de ellos también lo haría por mí».

Capítulo 2. Los once de Jackson

Posición 192

Yo me decanté por un enfoque diferente. Tras años de experimentación, descubrí que, cuanto más intentaba ejercer el poder directamente, menos poderoso era. Aprendí a suavizar mi ego y a distribuir el poder lo más extensamente que pude sin renunciar a mi autoridad en última instancia. Por paradójico que parezca, ese enfoque fortaleció mi efectividad porque me liberó y me permitió centrarme en mi labor como cuidador de la visión de equipo. Algunos entrenadores insisten en tener la última palabra, mientras que yo siempre he tratado de facilitar un entorno en el que todos desempeñasen el papel de líder, desde el rookie menos preparado hasta la superestrella veterana. Si tu objetivo principal consiste en llevar al equipo a un estado de armonía o unidad, no tiene sentido que impongas rígidamente tu autoridad. Suavizar el ego no significa convertirse en un blandengue. Tomé esta lección de mi mentor, Red Holzman, ex entrenador de los Knicks y uno de los líderes más generosos que he conocido. Cierta vez en la que el equipo volaba antes de iniciar una gira, en el equipo de música de un jugador comenzó a sonar rock duro. Red se acercó al muchacho y preguntó: «Oye, ¿en tu selección musical hay algo de Glenn Miller?». El jugador miró a Red como si fuera un extraterrestre. «Entonces podrías poner un poco de mi música y otro poco de la tuya. De lo contrario, apaga ese maldito aparato». Al cabo de unos instantes, Red se sentó a mi lado y comentó: «Como sabes, los jugadores tienen ego…, y a veces se olvidan de que los entrenadores también lo tenemos».

Posición 204

Algo que he aprendido como entrenador es que no puedes imponer tu voluntad a los demás. Si quieres que se comporten de otra manera, tienes que servirles de fuente de inspiración para que cambien por sí mismos.

Capítulo 3. Red

Posición 379

El mejor escultor es el que menos talla. LAO-TSÉ

Capítulo 4. La búsqueda

Posición 663

A partir de aquella noche creí más en mí mismo y desarrollé la fe en que todo se resolvería para bien.

Posición 760

No me interesaba llenar la cabeza con más barullo; solo quería calmar mi mente y, simplemente, ser.

Posición 787

Las instrucciones de Shunryu Suzuki sobre el modo de meditar son sencillas: Siéntate con la espalda recta, los hombros relajados y la barbilla hacia dentro, «como si sostuvieras el cielo con la cabeza». Sigue la respiración con la mente a medida que el aire entra y sale como una puerta de batiente. No intentes detener el discurrir de tu pensamiento. Si surge una idea, permite que llegue, déjala ir y vuelve a tu respiración. La propuesta no consiste en tratar de controlar la mente, sino en permitir que los pensamientos aparezcan y desaparezcan espontáneamente una y otra vez. Cuando cojas un poco de práctica, los pensamientos flotarán como nubes pasajeras y su capacidad de dominar la conciencia disminuirá.

Posición 792

Según Suzuki, la meditación te ayuda a hacer cosas «con una mente sencilla y clara», sin «nociones ni sombras». Cuando realizan algo, la mayoría de las personas tienen dos o tres ideas rondando en la cabeza, lo cual deja «restos» de pensamientos que provocan confusión y de los que es difícil desprenderse. «Con el propósito de no dejar restos, al hacer algo tienes que hacerlo con todo tu cuerpo y con toda tu mente, debes concentrarte en lo que haces—escribe. Deberías hacerlo completamente, lo mismo que una buena fogata».

Posición 796

Me llevó años de práctica aquietar mi mente agitada y en el proceso descubrí que, cuanto más consciente era de lo que sucedía en mi interior, más conectado estaba con el mundo exterior. Me volví más paciente con los demás y más sereno cuando estaba sometido a presión, cualidades que me ayudaron enormemente cuando me convertí en entrenador.

Capítulo 8. Cuestión de carácter

Posición 1657

La manera en la que haces algo es la misma en la que lo haces todo. TOM WAITS

Posición 1661

«ganar requiere talento y repetir exige carácter».

Posición 1723

Con los jugadores la situación fue distinta. Les dije que dejaran de prestar atención a las distracciones, ya procedieran de los medios de comunicación, de Krause o de cualquier otra fuente, y se centrasen en ganar el segundo campeonato. Con ese propósito, redoblé mis esfuerzos de convertir los entrenamientos en un santuario alejado del caos del mundo exterior.

Posición 1732

B. J. Armstrong afirmó que tenía la sensación de que esa temporada los Bulls estaban «en sintonía con la naturaleza» y de que todo encajaba en su sitio, «como el otoño, el invierno, la primavera y el verano».

Capítulo 11. La poesía del baloncesto

Posición 2343

Gran parte de los nuevos jugadores le tenían un respeto pavoroso, hecho que también generó una distancia difícil de salvar.

Capítulo 12. Cuando el gusano se retuerce

Posición 2524

Atreverse es perder pie momentáneamente. No atreverse es perderse a uno mismo. SØREN KIERKEGAARD

Posición 2613

Existe un adagio zen que me gusta citar y que dice así: «Antes de la iluminación, corta leña y transporta agua. Después de la iluminación, corta leña y transporta agua».

Capítulo 13. El último baile

Posición 2777

Como sucede con la mayoría de las relaciones, ambos contribuimos a su deterioro.

Posición 2780

Si vuelvo la vista atrás, creo que mi forcejeo con Jerry me enseñó cosas sobre mí mismo que de otra forma no habría aprendido. El Dalái Lama lo denomina «el don del enemigo». Desde la perspectiva budista, batallar con enemigos te ayuda a desarrollar una mayor compasión y tolerancia hacia los demás. «Para practicar sinceramente y desarrollar la paciencia necesitas que alguien te haga daño deliberadamente. Por lo tanto, esas personas nos ofrecen verdaderas oportunidades de practicar estas cualidades. Ponen a prueba nuestra fuerza interior de una forma en que ni siquiera puede hacerlo nuestro gurú», afirma.

Posición 2785

Coincidíamos en la mayoría de las cuestiones relacionadas con el baloncesto, pero teníamos visiones contrapuestas sobre el modo de tratar a las personas. Yo intentaba ser lo más abierto y transparente posible, mientras Jerry tendía a ser cerrado y reservado.

Posición 2824

Al principio fue angustioso pero, después de meditarlo, se volvió increíblemente liberador. Al menos ahora tenía claridad.

Capítulo 14. Una respiración, una mente

Posición 3025

Los sentimientos van y vienen como las nubes en el cielo agitadas por el viento. La respiración consciente es mi amarre. THICH NHAT HANH

Posición 3089

Atravesaba Sierra Nevada cuando sonó la versión soul de Amazing Grace, interpretada por Willie Nelson.

Posición 3100

Era una mujer lista, atractiva, de hermosos ojos y gran sentido del humor. Al día siguiente nos encontramos por casualidad en el aeropuerto. Jeanie volvía a casa para celebrar su cumpleaños con amigos, pero su vuelo se retrasó, por lo que acabamos charlando en la sala de espera. Me contó varias anécdotas divertidas sobre la desastrosa época de Dennis Rodman en los Lakers, durante el año 1999, que sonaron como un penoso reality show convertido en teatro del absurdo. Emocionalmente aún me sentía bastante dolido y no estaba seguro de encontrarme en condiciones de mantener una nueva relación, pero ocurrió. Al día siguiente entré en mi despacho y sobre el escritorio había un trozo del pastel de cumpleaños de Jeanie. Pasé por su despacho para agradecérselo y se ruborizó, por lo que tuve la sensación de que su regalo era algo más que un gesto pueril. Por eso la invité a cenar esa noche. Las cosas no podían ir mejor.

Posición 3142

Horry declaró que el partido le recordó a El mago de Oz porque el equipo jugó «sin corazón, sin cerebro y sin valentía». El entrenador Del Harris puso la guinda a ese comentario diciendo: «Y sin magia».

Posición 3184

Los futuros jugadores de la NBA se ven inmersos en un universo que refuerza la conducta narcisista precisamente en el período en el que van al instituto. A medida que crecen y siguen teniendo éxito, acaban rodeados por legiones de representantes, promotores, seguidores y otros aduladores que repiten machaconamente que son el no va más. Tardan muy poco en empezar a creérselo. Además, Los Ángeles es un universo consagrado a celebrar la idea del yo glorificado. Fueran donde fuesen, los Lakers (no solo las superestrellas, sino todos los jugadores) eran recibidos como héroes y se les ofrecían oportunidades infinitas y con frecuencia lucrativas de complacerse en lo maravillosos que eran.

Capítulo 16. El goce de no hacer nada

Posición 3563

Jerry Reinsdorf. En cierta ocasión aseguró que la mejor manera de resolver los conflictos consiste en consultarlos con la almohada. Lo importante es no actuar por despecho y armar un lío todavía peor. Con un poco de suerte, el problema se resuelve por sí mismo.

Posición 3566

descubrí que puedes solucionar muchas dificultades mediante lo que Lao-tsé denomina la «no acción». A menudo este enfoque se confunde con la pasividad cuando, de hecho, es todo lo contrario. La no acción consiste en estar en sintonía con lo que le ocurre al grupo y actuar o no actuar consecuentemente. En el prefacio a su adaptación del Tao Te Ching, de Lao-tsé, Steven Mitchell compara la no acción con el desempeño deportivo: «Un buen atleta entra en un estado de conciencia corporal en el que el golpe o el movimiento correctos tienen lugar por sí mismos, sin esfuerzos y sin la intervención de la voluntad consciente». También escribe: «Este es el paradigma de la no acción: la forma de acción más pura y más eficaz. El juego juega el juego; el poema escribe el poema; es imposible distinguir al bailarín del baile». O, como proclama Lao-tsé según la interpretación de Mitchell: Necesitas forzar las cosas cada vez menos hasta que por fin llegas a la no acción. Cuando no haces nada, nada queda sin hacer.

Posición 3679

Estaba claro que los jugadores empezaban a interiorizar la actitud de «corta leña y transporta agua» que nosotros siempre habíamos pregonado.

Capítulo 18. La sabiduría de la ira

Posición 3934

Aferrarse a la ira es como coger una brasa ardiente con la intención de arrojársela a alguien. Eres el único que se quema. BUDA

Posición 3978

La lucha por aceptar mi cólera me recuerda una antigua historia zen: una noche de lluvia, dos monjes regresaban al monasterio cuando vieron a una bella mujer que tenía dificultades para sortear los charcos del camino. El monje de más edad le ofreció ayuda y la trasladó en brazos hasta la otra orilla. Entrada la noche, el monje más joven se acercó al mayor y comentó: «Señor, en nuestra condición de monjes no deberíamos tocar a las mujeres». «Así es, hermano», respondió el monje de más edad. «En ese caso, señor, ¿por qué cogió en brazos a la mujer que encontramos a la vera del camino?». El monje mayor sonrió y explicó: «Yo la he dejado al otro lado del camino, mientras que tú todavía la acarreas».

Posición 4059

Sylvia Boorstein, maestra de meditación budista, dice: «La cólera sin expresar crea en las relaciones una brecha que ni la mejor de las sonrisas puede franquear. Es un secreto, una mentira. La respuesta compasiva es la que mantiene vivas las conexiones. Exige decir la verdad, pero decir la verdad puede resultar difícil, especialmente si la mente está agitada por la ira».

Posición 4177

Entrenar a los Lakers fue como tener una aventura salvaje y tempestuosa con una mujer hermosa, después de la cual había llegado el momento de seguir mi camino y probar algo nuevo.

Capítulo 19. Corta leña y transporta agua

Posición 4394

Como en el resto de la vida y por mucho que las circunstancias cambien, las instrucciones siguen siendo las mismas: corta leña y transporta agua.

Capítulo 20. Hijos del destino

Posición 4564

Intenté transmitirle que la mejor manera de apearse de la montaña rusa emocional consiste en coger el camino del medio y no entusiasmarse demasiado cuando ganas ni deprimirte en exceso si juegas mal. Con el paso del tiempo, Luke maduró y se serenó.

Capítulo 22. Este partido está en la nevera

Posición 4923

Decir la verdad nunca es un error, pero puede tener graves repercusiones.


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